Un día zarpó un barco hacia alta mar, se trataba de un viaje de 50 días. En aquel barco iban 20 hombres y entre ellos se encontraba un fiel cristiano de quien todos en la tripulación se burlaban por sus férreas convicciones.Una noche estalló el cuarto de máquinas y se hundió el barco, sobreviviendo únicamente el fiel cristiano al naufragio. Aquel hombre ahora se encontraba solo en una pequeña isla desierta. Estaba orando fervientemente, pidiendo a Dios que lo rescatara. Todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba.Ya cansado de esperar, empezó a construir una pequeña cabaña para protegerse y proteger sus pocas posesiones. Un día se fue a pescar y regreso corriendo al ver que se quemaba su choza y no pudo salvar nada. Después de haber perdido todo, andubo vagando en la isla como sonámbulo, ya sin esperanza. El náufrago estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía: "¿Cómo pudiste hacerme esto?", y se quedó dormido sobre la hamaca.A la mañana siguiente, muy temprano, escuchó asombrado la sirena de un buque que se acercaba a la isla. ¡Venían a rescatarlo!.Al llegar sus salvadores él les preguntó: "¿Cómo sabían que yo estaba aquí?". Y ellos les respondieron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste..."
domingo, 4 de octubre de 2009
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