domingo, 4 de octubre de 2009

El amor y la locura


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todoslos sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, lespropuso: "¿Jugamos al escondite?". La intriga levantó la ceja intrigaday la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite?¿Y cómo es eso?". "Es un juego -explicó la locura- en el que yo metapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientrasustedes se esconden. Y, cuando yo haya terminado de contar, el primero deustedes al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego".El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La alegría dio tantossaltos que terminó por convencer a la duda e, incluso a la apatía, a laque nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar; laverdad prefirió no esconderse, para qué, si, al final, siempre lahallaban; y la soberbia opinó que era un juego muy tonito, pero en elfondo, lo que le molestaba es que la idea no hubiese sido suya. Y lacobardía... la cobardía prefirió no arriesgarse."Uno, dos, tres...", comenzó a contar la locura.La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejócaer en la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidiase escondió tras la sombra del triunfo que con su propio esfuerzohabía logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi noalcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravillosopara alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para labelleza; que si una rendija de un árbol, perfecto para la timidez; quesi el vuelo de la mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que siuna ráfaga de viento, magnífico para la libertad. Así que terminó porocultarse en un rayito de sol. El egoísmo, en cambio, encontró unsitio muy bueno desde el principio; lo encontró ventilado, cómodo... peroeso sí, sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de losocéanos, ¡mentira! en realidad se escondió detrás del arco iris. Y la pasión yel deseo en el centro de los volcanes. El olvido... ¡se me olvidó dóndese escondió! pero, bueno, eso no es lo importante.Cuando la locura contaba 999.999, el amor aún no había encontradoSitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores."Un millón" contó la locura, y comenzó a buscar. La primera en aparecerfue la pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la fediscutiendo con Dios en el cielo sobre teología. Y la pasión y el deseolos sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a laenvidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo. Al egoísmo notuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado desde su escondite, quehabía resultado ser un nido de avispas.De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a labelleza. Y con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontrósentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse.Así fue encontrando a todos: la mentira detrás del arco iris, ¡mentira!si ella estaba en el fondo del océano; y hasta el olvido, al que ya sele había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero, sólo elamor no aparecía por ninguna parte. La locura buscó detrás de cadaárbol, bajo cada rolluelo del planeta, en la cima de las montañas; y,cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y sus rosas, y tomóuna horquilla y comenzó a mover sus ramas. Cuando, de pronto... undoloroso grito se escuchó, Las espinas habían herido en los ojos alamor.La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró,pidió perdón y hasta prometió ser su Lazarillo.Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite enla Tierra, el amor es ciego y la locura siempre le acompaña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario